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miércoles, 30 de mayo de 2012

Breve incursión


Si bien la mayoría de las personas no dudarán en decir que lo feo de la proximidad del invierno es el frío que golpea, otros tantos les diremos que es la oportunidad perfecta para hacerse el guapo y salir a pedirle al viento otro golpe más.

Y son este tipo de noches las que a uno lo hacen meditar… la oscuridad y el despoblado de la misma, el cansancio de un extenso día laboral, sumado a los años acumulados, más una timorata luna escondida, a uno lo hace pensar reflexivamente… y darse cuenta que salió a chupar frío nomas.

Y fue así que hoy me di cuenta que uno no precisa pasarse la vida mirando el mar y analizándolo para darse cuenta que la frase “nadie se baña dos veces en el mismo rio” es una pelotudez importante. Y no la critico su falsedad, cuestiono el criterio de su revelación: eran tan pelotudos los griegos que hasta Heráclito no la tiro no se habían dado cuenta? Por las dudas yo ya la tiro: “nunca pisas el mismo piso dos veces” (conste no lo digo porque justo haya pisado mierda antes de entrar a casa), y no pido grandes bustos en mi honor (evitemos el chiste fácil).

Quizá el don de reconocer obviedades me es esquivo, pero nunca entendí el mérito de decirlas. Quizá uno debería ponerse a relatar su cotidianeidad para apreciarla, enfatizar sus mayores verdades para entenderlas, y dar palabras a sus sentimientos para permitírselos…  y quizá ese es el sentido de todo… o quizá realmente Heráclito robabas la plata como un hijo de puta.

Mientras uno reflexiona el mar ensordece y aclama atención con el reventar de las olas: “la resaca se desata con tanta violencia en mi interior que mi andar ya es un sin sentido… ya no hay espuma que me esconda…“.  Piensa un poco más y murmura un alivio: “por suerte tenía razón Poseidón y nunca bañare dos veces al mismo pelotudo”.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

como te encanta la poronga

sabroza dijo...

viniendo de un anónimo no haré comentarios al respecto