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domingo, 1 de febrero de 2009

Crónica de una noche de no entender nada en Valizas


Intento hacer memoria… no logro que las imágenes se continúen en algo con coherencia… intentare que tenga sentido…

Comienza la noche… o al menos es un buen momento para darla como comenzada. No porque el sol ha caído, cosa que ya paso hace rato, sino porque ya es momento de reconocer que el alcohol esta haciendo efectos en el cuerpo de uno…
Quizá sea porque uno ya conoce el cuerpo de uno, que ya se esta en edad de saber reconocer el momento de decir “no tomo más”… pero esta vez el estar hace veinte minutos mirando el alambrado que rodea la casa, pensando que tal vez si tomo carrera y me tiro en palomita lo puedo pasar para el otro lado es lo que me hace darme cuenta de mi estado…
No estoy ni cerca de estar tan alcoholizado y me doy cuenta que no es una buena idea… mejor pinta ir a mear y reclutar gente para dar una vuelta… No sabes bien si fue tu idea o fue idea de otro pero arrancas para el centro con una botella bajo el brazo… Llegamos al boliche en cuestión, hay más gente de la barra… me uno al circulo a opinar de algo que probablemente no tengo idea pero parezco muy convencido (por lo menos para mi)…
Después de un par de horas hablando de barajiadas llego el momento de ir a buscar más alcohol. Arranco solo en búsqueda del glorioso nitrogenado, no vaya a ser cosa de llevar conmigo a un Futbolito Anonimo en rehabilitación y que no pueda salir nunca más de allí… La charla de siempre con el cantinero “ta movido hoy, eh…”, “menos mal que no ha llovido…” “la verdad que muy bueno el ambiente…”.
Vuelvo con la jauría, pero ya no es lo mismo… algo pasa, no podes engancharme en la charla, algo me distrae continuamente o simplemente cada vez estoy más tomado y arranco solo por ahí...
Me dejas llevar por donde te lleve el destino… estoy otra vez comprando vino… arranco pa la playa… En el camino me encuentro con Emilio y le rompo las pelotas un rato… unos metros más adelante me encuentro con un hippie que me pide vino y me pones a hablar con él… bah, por lo que recuerdo mas que hablar con él, hablaba solo en voz alta mientras el hacía lo mismo, hasta que en un momento me despido con el clasico “pasarla bien bo” “si, vamo arriba” y sigo mi camino hasta la playa…
Ya en la playa, me siento a mutar solo por quien sabe cuanto tiempo… el que se empiece a acabar el vino o un msg de texto diciendo “donde mierda estas?” me da el impulso para emprender la vuelta... ahí caigo en la desesperación… no veo, ni tengo idea donde esta la entrada a la playa… empiezo a vagar en círculos… no aparece la entrada… voy por al lado de los medanos pero lo único que consigo es tropezar y rodar por la arena… cuando estoy a punto de tomar la decisión de pasar la noche allí me encuentro con alguien que me guía hacia la salida y salva mi vida…
Habiendo pasado esa experiencia tan traumática quiero ir a buscar gente para compartir con ellos mi historia… empiezo a recorrer los distintos boliches y no encuentro a nadie más que a Emilio para romperle un rato más las pelotas… es el momento de arrancar para el rancho…
Destruido, sin más ganas de vivir, llego al rancho y la veo… una sonrisa se me dibuja en el rostro… siempre me estuvo esperando, se que nunca me va a fallar… la abrazo y me voy a acostar con ella, mi querida pala…